Evolución
Entre los años 1986 y 1987 se edificaron en el Litoral Norte de Corralillo, en la provincia Villa Clara tres instalaciones El Salto, Ganuza y Sierra Morena; con un total de 2 566 capacidades en cabañas con baño privado, pantry y otras comodidades, constituyéndose el segundo Complejo de Campismos que superaba en confort y servicio a su antecesor, la experiencia positiva del Litoral Norte de La Habana. Posteriormente en todas las provincias se fue promoviendo la remodelación de las existentes y la construcción de nuevas instalaciones, teniendo en cuenta el perfeccionamiento de las condiciones del alojamiento, las áreas recreativas y gastronómicas, y del entorno en general, que se llevó a cabo en este campismo de nuevo tipo.
Entrando ya en su segunda década de existencia, el inicio del período especial sorprendió al Campismo en medio de ambiciosos planes de crecimiento y expansión, inspirados por la gran aceptación que tenía entre la población. De este modo, se impuso la necesidad de administrar mejor, con menos recursos materiales y manteniendo la calidad de nuestros servicios. El Campismo mantenía sus ofertas a pesar de las limitaciones, pues su función recreativo- educativa, de distracción y vacacional, tenían que seguir en la preferencia y al alcance de toda la población. A finales del año 1990 ya habían disfrutado de sus servicios 9 058 353 personas.
La aceptación entre los cubanos no decayó, pues al cierre del año 1993, caracterizado por apagones, y recortes en las asignaciones de los recursos alimenticios y del combustible para la transportación, disfrutaron del Campismo 1 061 769 personas.
En los últimos años, los mayores esfuerzos se han concentrado en el cambio de imagen de los productos, mediante reparaciones capitales y mantenimiento. En el marco de estas transformaciones ha sido necesario desactivar cabañas y algunas instalaciones por sus malas condiciones, lo cual ocasionó una disminución de las capacidades disponibles a ofertar, para elevar el confort de los campismos existentes.
Otro de los esfuerzos inversionistas se encaminó a solucionar el baño recreativo en lugares que carecían de una adecuada variante natural, la electrificación de algunos campismos localizados en sitios donde no llegaba este servicio y la paulatina solución del baño privado en los casos pendientes.
El mantenimiento periódico se ha dirigido a mejorar la calidad de las construcciones y la imagen del producto, haciendo hincapié en la necesaria “cultura del detalle” en la terminación de la albañilería, la pintura, la carpintería, el mobiliario, los viales interiores y exteriores, la jardinería y áreas verdes, la señalización, el sistema informativo y la iluminación interior y exterior.
Partiendo del criterio de que, conocer bien a nuestro país, es una de las más legítimas aspiraciones de la mayoría de los cubanos, particularmente de los jóvenes, el Campismo demostró, mediante modestas experiencias realizadas, que jóvenes de una provincia podían trasladarse a otras y practicar una especie de turismo popular juvenil, muy económico, que posibilitara el conocimiento y el disfrute de las atracciones y elementos de interés en otros territorios lejanos al de su residencia.
Inicialmente, algunas excursiones nacionales e interprovinciales se realizaron empleando la infraestructura material y humana de la Empresa Nacional de Campismo Popular, y mediante las gestiones y apoyo de otras instituciones, en función de los intereses y necesidades de los excursionistas. Sin embargo, lo logrado fue sólo la evidencia de las potencialidades del Campismo para satisfacer este interesante proyecto o deseo de muchos jóvenes cubanos.
Es entonces, a finales de los años 90, que se brinda la posibilidad de visitar campismos en otras provincias, mediante Excursiones de Alto Valor Histórico desde la Ciudad de La Habana, entre las que se destacan por su gran acogida, la ascensión al Pico Turquino desde los campismos La Sierrita, en Granma y La Mula, en Santiago de Cuba. A partir del 2000 se sumaron otros lugares demandados para las excursiones, muchas de las cuales hoy se mantienen, son los campismos: Dos Hermanas, en Viñales, Pinar del Río; Manacal, en Sancti Spíritus; Arcoiris y Río Seibabo, en Villa Clara; Victoria de Girón, en Matanzas y Arenas Negras, en la Isla de la Juventud.
Con el objetivo de ingresar divisas destinadas al mantenimiento de las ofertas del Campismo Popular, surgió en 1994, la Marca CUBAMAR para el desarrollo del turismo internacional de la Empresa, teniendo como antecedente la participación de turistas extranjeros en las Villas El Abra y Aguas Claras, a partir de 1985 y 1988 respectivamente. En 1996, atendiendo a la aceptación del producto en el mercado juvenil internacional, se crea la Agencia CUBAMAR Viajes, y ya en mayo de 1997, con un evidente aumento de la calidad de esta oferta y teniendo en cuenta el desarrollo turístico del país, fue inaugurada la Villa Guajimico en la costa sur de la provincia Cienfuegos, la cual se ha caracterizado por la excelencia de su producto para los amantes del mar, del buceo y de la Naturaleza en general.